El día en
que tú nacías,
mis sueños se negaban a claudicar,
despertaban arte y sed de
abrazos recíprocos.
El día que
tú nacías,
mis progenitores comenzaban a hacer maletas
para volver a su terruño,
para volver a su terruño,
hastiados de la soledad que provoca el cemento.
El día en
que tú nacías,
nacían las flores y los alfalfares,
las crías de las especies se
abrían paso,
jubilosas por empezar la vida.
El día que
tú nacías,
sonaba el tambor, el bongo,
la antara, la flauta, la gaita
y todos
los instrumentos
desde los confines del mundo
para rebelarse,
exigiendo
comunidad
se levantan y entonan.
El día que
tú nacías
en la red encontrábamos informes
de exiliadxs y migrantes,
trajinados
y tristes
por la violencia de sus pueblos,
nosotros acudíamos como samaritanos
a ofrecerles nuestra diestra hermana
y un sorbo de agua
que reviva esperanzas
para el bien común.
todxs nos levantamos
con la intención de
caminar
y poner el hombro
ante el desamparo,
la mezquindad y el rechazo.
Estamos de pie y en rebeldía
y nuestra rebeldía
nos invita a ser solidarios,
equitativos
y por sobre todas las cosas,
ser hermanxs.
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Mujer de ande. Dibujo de Armando Lopez. |
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