Comienza la tarde,
un vacío yace en mí;
es tu silencio,
o quizá tu ausencia,
otrora fue tu presencia.
Comienza el frío,
busco y no encuentro abrigo;
siento el dolor del tiempo,
presumo tu distancia;
Aún recuerdo tu cobijo.
Principia el desierto,
solo el polvo se levanta;
perdidos y con sed,
tú, si mí para existir;
Acaricia la ilusión.
Las luces tenues del camino,
un rumbo sin sentido,
ese es tu destino;
No arribes todavía,
no sin sentir perderte,
sin sentir perderme.
Llego a casa frío,
adormecido el alma,
agujereado de recuerdos;
soplo el sirio y exijo dormir,
intento borrar para sanar.
Afuera existes,
aquí dentro dueles;
en medio el limbo,
abrazarte o desconectarte,
aquí dentro aún insistes.
Espero una llamada,
una prueba de tu veracidad;
quizá no eras real,
quizá siempre fuiste falaz,
efímera extensión de mi existencia.
un vacío yace en mí;
es tu silencio,
o quizá tu ausencia,
otrora fue tu presencia.
Comienza el frío,
busco y no encuentro abrigo;
siento el dolor del tiempo,
presumo tu distancia;
Aún recuerdo tu cobijo.
Principia el desierto,
solo el polvo se levanta;
perdidos y con sed,
tú, si mí para existir;
Acaricia la ilusión.
Las luces tenues del camino,
un rumbo sin sentido,
ese es tu destino;
No arribes todavía,

sin sentir perderme.
Llego a casa frío,
adormecido el alma,
agujereado de recuerdos;
soplo el sirio y exijo dormir,
intento borrar para sanar.
Afuera existes,
aquí dentro dueles;
en medio el limbo,
abrazarte o desconectarte,
aquí dentro aún insistes.
Espero una llamada,
una prueba de tu veracidad;
quizá no eras real,
quizá siempre fuiste falaz,
efímera extensión de mi existencia.
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