jueves, 24 de febrero de 2022

Experiencia de la Misión en Aucayacu (Testimonio).

 


[1]Aucayacu es una ciudad de la selva peruana. De la amazonia, sabía sólo por teoría. Nunca me había propuesto visitar algún lugar de la Amazonía. Es más, si de algo creía estar seguro (hasta mis 29 años[2]) era que la selva no estaba dentro de mi vida. Yo me consideraba un ser andino. Mi cariño y mis deseos de unidad, por el bien común, terminaban antes de voltear al lado oriental de la cordillera.

Paradójicamente, siempre había estado rodeado de personas que amaban la Amazonía. Desde mi compañero y amigo de secundaria (Javier Valdez García), mis parientes por línea materna, mis compañeros de Antropología y sus círculos de estudio amazónico o el siempre agradable Profesor Jaime Regan S.J. y su texto infaltable sobre la Amazonía[3].

Viajé a Aucayacu[4] invitado por el P. Elio López O.M.I. Era la primera vez que hacía una misión fuera de la parroquia donde radicaba. Tenía miedo, al inicio, de no poderme aclimatar o de no soportar el cambio de comida al que estaba habituado. De rato en rato me preguntaba si sería capaz de ser parte del equipo misionero o mi lado solitario me forzaría a desertar.

Iba como parte de un grupo; a ayudar en las misiones de navidad[5], que la Parroquia Jesús Salvador de Aucayacu[6] había planificado. Nuestro grupo lo conformaban: laicos y laicas de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de Comas (Lima) que pertenece a la Diócesis de Carabayllo; un Religioso consagrado, un pre novicio y tres Aspirantes, todos pertenecientes a la Congregación de Oblatos de María Inmaculada (O.M.I). 

El grupo de misioneros
junto a los Presbíteros de la parroquia
Jesús Salvador de Aucayacu.
Altar e la parroquia Jesús Salvador


            El primer día fue muy caluroso para mí y por la noche no pude dormir por el ruido que hacían los sapos y pajaritos, mi estómago también parecía afectado. Con el pasar de los días, me adapté mejor de lo que imaginé y disfruté la estadía. Las charlas de inducción y presentación de la cuenca alta del rio Huallaga (que es el territorio de la Parroquia Jesús Salvador) me maravillaban. Me entusiasmaba cada vez más visitar a las comunidades. Fueron dos días de capacitación y aproximación a la realidad del lugar.

            Durante mi tiempo en la secundaria y la universidad, siempre me había entusiasmado descifrar el porqué de los conflictos sociales. La época del Conflicto Armado Interno (1980 – 2000)[7] que había padecido el Perú, era el más cercano a mí y por ende el que más vacíos y cosas irresueltas tiene. Antes de asistir a la misión, no sabía que el departamento de Huánuco había sido golpeado fuertemente por el conflicto. Me sentí triste y culpable por desconocer el sufrimiento de las familias violentadas y recriminé mi desconocimiento; ya que lo sentí como una ofensa a las víctimas.

            Logré visitar 9 comunidades: Cotomonillo, Alto Belén, Jorge Basadre, Angasyacu, Rio Frío, Bijao, Pucayacu, Pueblo Nuevo y Ramal de Aspuzana (esta última está en la región San Martín). Las dos últimas comunidades las conocí en mi segunda temporada (enero de este año). Cada pueblo tiene una necesidad distinta: algunos necesitan apoyo en proyectos de turismo, otros en el sembrío de peces, otros con el cacao o el bosque permanente y otros la implementación de servicios básicos. El estado, como en muchas partes del Perú, es un fantasma. Las políticas de desarrollo productivo no logran cuajar del todo y el centralismo hace su parte para demorar o congelar proyectos necesarios para el bienestar de la población. El asistencialismo y el clientelaje corroen la organización colectiva de sus comunidades. La fe de los niños, como en casi todo el planeta, está condicionada a la visión consumista que se tiene sobre la navidad. A pesar que saben que la navidad es rememorar el nacimiento de Jesús, se apela a los regalos y la parafernalia de papa Noel. Muchas familias radicadas en esas comunidades son migrantes de zonas andinas, que vieron una oportunidad en los territorios baratos o deshabitados a causa del Conflicto Armado Interno. Esta procedencia externa hace que la identidad con la selva sea difusa y a veces se intente desconocer la pertenencia a la misma.

Paradójicamente,
me disfracé de Papá Noel en la Comunidad de Río frío.
La fotografía es minutos antes de salir a realizar el "Show navideño"

Pese a ello, la autogestión y la organización colectiva aún los mantiene fuertes y con ánimos de mejorar sus condiciones de vida. Se mantiene un profundo apego por el trabajo comunitario y se disfruta de la naturaleza y la simpleza que la conforma. Se puede sentir casi inexistente el estrés citadino y la rutina de las grandes ciudades. Cada jornada en el campo es una aventura y siempre hay algo nuevo que contar. Los ríos, los árboles y los alimentos producen un equilibrio difícil de conseguir en otros lugares del planeta. Estas comunidades se sienten capaces de resolver sus problemas, aún con dificultades, se animan y dan pelea a las adversidades que el sistema les plantea.

Comunidad de Bijao
Esta Comunidad es un "Recreo Ecológico".

            Los diez días que duró la misión, me quedaron tan pequeños que pedí retornar una temporada más larga. Ahora siento que me llama estar en la selva, por la biodiversidad que la cobija, el entusiasmo de las personas y la armonía que transmite la Amazonía al compartir la vida con los demás. También he descubierto que el carisma Oblato sobre compartirse uno mismo, no es sólo un cliché o una máxima teórica, sino una opción de vida.

En la Capilla de Angasyacu
junto a los agentes pastorales del lugar.

            Quiero agradecer a quienes hicieron posible mi experiencia en esta misión. A Dios, por presentarme a los Oblatos de María Inmaculada; al Padre Elio López, por motivarnos a asistir a la misión; a los laicos de la parroquia Nuestra Señora de la Paz de Comas y a todas las personas con las que interactué dentro de la misión (los padres Edgar Nolasco O.M.I y Roberto Carrasco O.M.I, los feligreses y agentes pastorales de la parroquia Jesús Salvador y las familias que visitamos).

Parafraseando el título de una novela de aventura, siento: El llamado de la selva[8]. Creo que es indispensable leer varias veces Laudato Si[9], Querida Amazonía[10] y todo testimonio misionero que estimule nuestra entrega por el cuidado de nuestra casa común.

Quiero ser como la selva; con tonos, mezclas y contrastes. Quiero ser la selva, con vida y alegría para todos.



[1] Escrito el 29 de diciembre del 2021.

[2] Durante mi estadía en la Capilla Cristo Redentor de Santa Anita en el 2020 (en la casa del P. Marcelo Rineau), entre otras cosas me propuse conocer la amazonia. Era inconsecuente hablar del cuidado de la casa común y sólo referirme a la sierra y no a la selva.

[3] P. Jaime Regan Mainville S.J. (EE.UU 1941). Llevé tres cursos dictados por él, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su obra cumbre es: Hacia la Tierra sin Mal; La religión del pueblo en la Amazonía. 1983 primera edición.

Link del libro: https://www.academia.edu/33223270/Hacia_la_tierra_sin_mal_la_religi%C3%B3n_del_pueblo_en_la_Amazon%C3%ADa

[4] Según la página web de la Municipalidad distrital José Crespo y Castillo, la palabra “Aucayacu” significa Agua de los indios. La palabra Aucayacu proviene del vocablo quechua Auca – indio libre o rebelde y yacu – agua. Ver página de la municipalidad http://www.muniaucayacu.gob.pe/index.php/municipalidad/acerca-de-nosotros/historia

[5] Para la Iglesia Católica el mes para las misiones (comunicar el Evangelio a quienes no lo conocen) es octubre. Sin embargo, cada iglesia local coordina su labor misionera de acuerdo al contexto donde vive: Feriados, vacaciones por estudios o trabajos, fin de año, festividades religiosas, etc. Las misiones en temporadas de navidad, tienen por objetivo recuperar el sentido de la navidad (el nacimiento de Jesús) y desligarlo del consumismo en que se ha degenerado esta fecha.

[6] La Parroquia pertenece al Decanato de la Selva de la Diócesis de Huánuco. Está bajo la administración de la Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (O.M.I). La jurisdicción de la Parroquia abarca los Distritos de José Crespo y Castillo (donde está la cede, Aucayacu) Pueblo Nuevo, Pucayacu, Santo Domingo de Anda que pertenecen a la Provincia de Leoncio Prado en la Región Huánuco y el Centro Poblado Ramal de Aspuzana que es parte del Distrito de Nuevo Progreso dentro de la Provincia de Tocache en la Región San Martín).

[7] La Comisión de la Verdad y Reconciliación la define este periodo de violencia como Conflicto Armado Interno, aunque para algunos se debería llamar: Época del terrorismo y para otros Época de Violencia Política. El concepto de Conflicto Armado Interno es el que mayor consenso tiene.

Para leer una reflexión sobre la discusión del uso de estos conceptos, ver: https://idehpucp.pucp.edu.pe/opinion_1/terrorismo-o-conflicto-armado/

[8] Novela corta, escrita en 1903 por Jack London (John Griffith Chaney: San Francisco, 12 de enero de 1876-Glen Ellen, 22 de noviembre de 1916). Originalmente titulada como The Call of the Wild. Traducida por primera vez al español en 1939.

4 comentarios:

  1. Gracias Christian por tu aporte a la misión en la amazonía peruana

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  2. Gracias Hno. Christian Astudillo por tu compartir esta hermosa experiencia de la Misión Oblata en Aucayacu. Cada vez que tengo está oportunidad de hacer camino con los padres Edgard Nolazco OMI y p Roberto Carrasco OMI regreso más agradecida a Dios por tanta belleza de nuestros hermanos en los pueblos profundos que no conocemos y terminó más convencida que Lima no es el Perú. Nos ha quedado claro que hay mucho por CONOCER Y HACER. Conocer la Cordillera Azúl y sus valores en ella y Hacer que sea conocida, valorada y cuidada primero por "sus dueños" y por todos los peruanos, para que no sea depredada. Gracias OMI por esa gran labor en los pueblos del Alto Huallaga. Gracias a todas y todos por la fraternidad en el convivir diario. Para mí estar con Ustedes siempre es estar en casa. Volveremos si Dios lo permite.

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    1. Comparto los mismos sentimientos. Fue un regalo de Dios estar en ese lugar junto a todos ustedes.

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