le faltan balcones,
alfajores
y todo el jolgorio
que se arma en una peña.
Pero en vez de pequeñas peñas
hay cerros enormes
nutridos de gente
y alegrías pueblerinas
que sólo los migrantes
sabemos disfrutar.
La Lima que yo celebro
Es un arenal.
Un montón de casas desordenadas
Que pelean por sobrevivir.
La Lima que me gusta
Tiene a mi colegio a medio construir
A mi calle empolvada
Y a mi perro cadavérico.
La Lima que yo amo
Empieza en la choza más alejada
De mi Huaycán querido
Y termina en la plaza Bolognesi
Del centro de la otra Lima.
La Lima que yo amo
Me tiene entumecido
Esperando que bajes de tu cerro
Para ir a comer tripita
Luego, conversar afuera de tu casa
Y declararte mi amor chusco y misio.
La Lima que siempre recuerdo
Tiene delincuencia y pobreza.
Pero te tiene a ti y eso es eterno.
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