domingo, 17 de julio de 2016

Tertulia con la luna o el inicio de la segunda pluma (poema).

CONVERSANDO CON LA LUNA.

[1]Ella tan brillante y luminosa,
me mira en silencio, sospechosa.

La miré, le sonreí y suspiré.
Me preguntó ¿En qué pensaba?
no le contesté nada.

Entonces ella vio mis ojos,
Me observó concentrada.
Comprendió lo que me pasaba,
descubrió hacia donde se perdía mi mirada.

De pronto, se volteó
 y giró en dirección a la casa
donde vio perderse mi mirada.

Luego se volvió hacia mí;
- Esta bien y te quiere...-
Sonriendo respondió.

La miré, le sonreí
y agradecida suspiré.
Ella sabía lo que me pasaba
No hacía falta que me preguntara.






[1] Inspirado en dos poemas:
-         Poema Hablando con la luna de Alma al aire http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-136004
-         Poema Tertulia con las estrellas de Julio Barrenechea. En: Luciérnaga, antología de poemas para niños, Editorial Nascimento.

jueves, 14 de julio de 2016

#TeExtrañoAmiga, dudas sobre tu viaje (poema).

Sin embargo, las ausencias duelen
y es menester tener vecinos o inquilinos.
Quien sabe, quizá acompañado de forasteros
encuentre respuestas
mientras continúa tu viaje.

Quisiera que tu viaje terminara ya,
no entiendo bien tu insistencia
de querer reír por segunda vez,
de querer encontrar el final del cielo
y volar, cada vez más alto y más lejos;
no entiendo tu ausencia, si en el fondo sientes
infinita la capa azul, 
las nubes difícilmente se desprenden
no podrás traer contigo un pedazo de nube.
Nadie pudo traer para sí algo de nube.

Todo aquel que viajó por un pedazo de nube
volvió lloviendo a mares, 
volvió llorando desamores.
Y tú viajas por segunda vez,
dices que ahora sí volverás con la gloria
que ahora toda tú es La Victoria.

No entiendo porqué después de tu derrota, sigues.
Cuando quisiste inmolar a Ícaro,
te aventuraste rumbo al sol
y volviste ardiente
pero sin sol, sin alegría, sin luz,
volviste centelleante, pero apagada, casi fenecida.
Por eso no entiendo, 
no entiendo 
como un alma recién curada
decide ir de nuevo en busca de algo ilusorio,
algo tan gaseoso, tan anti material.

Por eso he aceptado tener vecinos,
huéspedes en mi casa;
para que abriguen mi desánimo.
acompasen mi trastabilleo emocional.
Por eso mientras sigues de viaje,
me pregunto si volverás o quizá
encuentres la gloria y con ella tu victoria.

En el fondo creo ser egoísta,
deseo tu regreso, para acompañarte.
Aún no concibo mi ser sin Mi Conciencia.

martes, 12 de julio de 2016

#‎TeExtrañoAmiga‬ (poema).

De tanto estar sentado me aburrí,
salí a caminar. 
Cuando estuve saliendo, mientras cerraba la puerta
tras de mí, escuché una voz,
una alucinación. 
Era una voz tibia,
una voz tímida, con frío,
una voz casi muda.
Reconocí la voz
era de quien supo ser camarada, 
cómplice de aventuras.

Al salir no escuché más
los ruidos de la calle,
de los pasos
ni de los gatos,
nada se oía. 
Yo solo escuchaba: "cris no vayas", "deja de ser loco y duerme".
Suena raro,
pero fue tan clara la voz
que no parecía alucinación. 
Temí no estar fuera de mi casa
si no sentado charlando banalidades, como antes; 
temí haber estado inconsciente afuera
en otra casa, contemplando la noche aquella voz, 
con los míos, que también reconocerían la voz. 
Lo sé, fue raro
para ser sólo un delirio, 
quizá fue una señal,
una carencia, 
una ausencia.

Era la voz de mi conciencia,
ahora ausente,
de viaje rumbo a lo incierto.

Ahora que encontré una huésped, 
no está para conocerla, 
no está para ayudarme;
no puedo decidir sólo, 
si debiera acogerla por ahora o no.
Total estando sólo puedo estar sentado
y si me canso, caminar;
luego descansar y volverme a sentar.

Dónde estará ahora?
mi conciencia, mi realidad
transfigurada en otro cuerpo,
dónde está mi pozo tierra,
mi afluente.
  
Quisiera que atestigüe el golpeo que dieron desde fuera a mi corazón 
saberme asesorado y poder decidir si es la indicada
o quizá otra de las muchas que me hacen caer y perderme en la ficción. 
Sí, lo acepto: Siento su ausencia, 
tan fuerte que socava mi aridez habitual, 
tan áspera y ajena que no río como antes. 
La extraño, como los nuestros también lo hacen. 

- Ven conmigo amiga, te extraño aquí y ahora - .
Ahora, después de cerrar la puerta y cerrar mi delirio
camino, casi rezando, pidiendo tu pronto retorno
y jugar, cantar y contar, inventar y cambiar
volver a construir una y mil veces el mismo relato
con finales alternos y a veces no tan enfermos.