lunes, 16 de noviembre de 2015

Contigo y con tu espíritu, inicio (poema).

El virus atacó nuevamente
volvió para ahuyentar la unidad
regresó decidido a disolver la comunidad.
Todo lo atacado pereció
se confirmó una mitad consumida.

Esta vez no te atacó directamente
se sirvió de mí,
te endulzó y te envenenó.
Me compró con tronos falaces
sucumbí ante poder, fama y reverencia.

¡Cómo ibas a advertirlo!
tu mano izquierda jamás traiciona(ba)
las risas siempre fueron sinceras.
Te dormiste abrazada
y despertaste traicionada.

Gracias a esos golpes dados
siempre desde adentro, desde tus afectos
comenzaste a enfrentar el virus.
Iniciaste represalias contra las causas,
me has puesto caducidad fraternal.

Siempre habrá un misterio tras el telón.

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