Sufrimos una ausencia común
Entonces decidimos, todos,
también los que nunca decidieron.
Iríamos a tu reducto
uno a uno llegaríamos.
Despertarás y nos verás, no escaparás no podrás;
Y si te fueras al otro lado
a donde están las almas,
de uno en uno llegaríamos
todos conciliaríamos.
Así te mudaras a diario,
aún si fueras errante, como antaño fui;
siempre daríamos contigo y con tu espíritu.
Desde el día en que fuiste nuestra
jamás volviste a ser ajena.
Ahora que el desaliento apura tu camino,
la decepción y la desolación te empujan,
sabes, tus latidos captan
que tras un error existe
una gran redención.
Y cuando tropieces,
te ensucies y lastimes
aún si no lo deseas estaremos.
Aquí y ahora, contigo y también con tu espíritu.
Entonces decidimos, todos,
también los que nunca decidieron.
Iríamos a tu reducto
uno a uno llegaríamos.
Despertarás y nos verás, no escaparás no podrás;
Y si te fueras al otro lado
a donde están las almas,
de uno en uno llegaríamos
todos conciliaríamos.
Así te mudaras a diario,
aún si fueras errante, como antaño fui;
siempre daríamos contigo y con tu espíritu.
Desde el día en que fuiste nuestra
jamás volviste a ser ajena.
Ahora que el desaliento apura tu camino,
la decepción y la desolación te empujan,
sabes, tus latidos captan
que tras un error existe
una gran redención.
Y cuando tropieces,
te ensucies y lastimes
aún si no lo deseas estaremos.
Aquí y ahora, contigo y también con tu espíritu.
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Esas ocurrencias son las que acarren sonrisas cómplices en los días de soledad. |
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