Fue una
tarde penosa,
Caía y caía
sin nadie;
Ni delante
ni detrás
Nadie me
contenía;
Perdía toda
mi energía
Parecía mi última agonía.
¡Amigos!, si
“amigos”,
Aquellos que
se rieron;
Aquellas que
nunca me acudieron,
Solo fingieron,
solo… se fueron;
Había manos
amables,
Pero también ellos eran culpables.
Había
flotado todo este tiempo,
Eterno globo
lleno de ilusiones;
Burbuja a
fin de cuentas,
Caminaba, sin
querer, a tientas;
Pensaba en
la perfección del momento,
Negaba creer que era un cuento.
Cierto, me
embrujaste,
Lo supe
desde el inicio,
Eras “el
juego”,
Yo “tu
juguete”;
Ahora, anda y vete.
Retomé el
camino,
En busca de
mi destino;
De la nada,
alguien vino,
Está conmigo;
Por un sendero clandestino.
Esta sonrisa
no es tuya,
Tampoco mía,
Es suya;
No es
especial,
Solo es
natural,
No existe
como tal,
Somos un yo en plural.
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