El disco tocaba y mi corazón te
pensaba,
La canción contaba nuestra historia,
En ella el amor de dos amigos discurría,
La historia
de toda una vida junta vibraba.
Cuando temías, acudía a tu ventana
Espantaba fantasmas o simples espejismos
de niño
Jugábamos, tú siendo princesa y yo tu
escudero
Me pedías ir a tierras foráneas en
busca del príncipe.
Tu gratitud,
siempre la mitad de tu reino.
Fuimos compañeros de cama muchas
veces,
Tantas veces te dormiste en mi
regazo,
Aparecías de noche y contemplábamos
el cielo
En invierno corríamos empapados por
la calle
En verano
nos perdíamos en la playa.
Crecimos y una sirena asomó mi
puerta,
No eras tú, esta era irreverente,
despreocupada,
Te quitó tu espacio, conquistó mi
corazón,
Era tan fugaz que me sedujo al
momento,
Me dejaba
sin aliento, mientras te llevaba el viento.
Un día, me dijiste lo siento,
Eres tú en quien pienso, el que me da
aliento,
Ni sábanas ni argumentos, me dejaste
desierto,
Entre tanto, la de mis sueños dorados
esperaba
Lo hacia en
brazos extraños, se distraía.
¡Cómo sentir lo mismo que tú!
¿Cómo amar ahora, esa tu quietud?
Mi corazón está entregado al
remolino,
Mi vida
orbita en torno a las centellas.
Te quedaste atrás, no diste señales,
Jamás algo diferente, nunca ni de
repente,
No puedes exigir me valla a tu lado,
Ni peor aún escapado, eres ya
Solo… mi
pasado.
Pasado que no fue y jamás quiso ser,
Ayer que recuerdo solo como amistad,
Atrás donde siempre vi solo
hermandad,
Memorias muertas de una infancia
arcana,
Palabras olvidadas
que jamás dirán mañana.
Me apena tu mirada, triste y en
retirada,
Me entristece tu luto, largo y
contagioso,
Deseo que arribes a buen puerto,
Sé que te vas y en medio del viaje…
perecerás,
.jpg) |
Y ese sueño eterno, será felicidad eterna. |
Dormirás el
sueño, donde eternamente me amarás.