miércoles, 9 de julio de 2014

El recuerdo del canario (poema).

Cansado de vegetar solitario
llegaste encima del armario,
Dentro de mi corazón.

Eras sonoro, melódico;
Sutil al conquistar,
Una colonia al trabajar.

Ruiseñor, 
fui tu ágora, tu mentor;
Veintinueve de febrero,
Por eso siempre escudero.

Apareció Wineber,
Nos negamos echarla al azar;
Estocadas y cortejos,
Eso y mas para vencernos.

Típico final el mío,
Antes de tu destierro;
La manzana mordí,
Bebí de la trampa, fui yo el fin.

Anduve lento, sediento,
Silente como mis sombras;
Solo ellas, calladas como siempre,
Murmuraban compañía.

Decidido a ser el tercero,
Elevé velas, cargue mis esperanzas;
Para encontrarlos,
Para acompañarme.

Dos leprosos me esperaban,
Yo escapaba;
Mas mi alma los extrañaba,
Los añoraba.

La ciudad me había vengado,
Parecían finados;
Los limpié, los curé,
Los abracé y ame.

Ahora somos todos,
Andamos probos;
Señor, escudero y hechicera,
Cuando se está entre amigos las risas llenas los vacíos,
calman los miedos y te guarecen de la lluvia.
Ahora y donde quiera.

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