Del errante; quien dibujó alguno de los tramos a tropezones,
eterno soñador y abrigador de esperanza. Las siguientes líneas van dirigidas
especialmente a quien depositó sus esperanzas en mi voz, mi aliento y se animó
conocer la trocha por donde anduve. Para ti Robinson, deseando estés
esperanzado y batallando hasta conseguir la gloria que luego has de compartir
con tu prójimo. [1] [2]
Año y medio después, en ese encuentro formaríamos la nueva faceta de Jupa, junto a Broling |
“Hemos
perdido nuestra historia
canciones y caminos
en duro batallar.
Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar
tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.”[3]
perdido nuestra historia
canciones y caminos
en duro batallar.
Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar
tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.”[3]
Aún recuerdo mi primer día como profesor en el colegio
donde tu estudiabas. Ustedes llegaban de una presentación con la escolta (habían
desfilado en algún lugar, creo que era en Santa clara), estaban cansados y no
deseaban recibir clase alguna. Yo estaba en mi día de prueba, si realizaba bien
mis clases, me quedaría permanentemente enseñando allí. De entre los alumnos,
destacaba uno que hacia bromas y quería ridiculizar a sus compañeros e
inclusive a mí, ese eras tú. Terminada la clase te acercaste y me pediste
consejos sobre tus dudas en el romance, te las di. Poco a poco fuimos ganando
la confianza uno de otro a tal punto que tuve que rescatarte de un fango en el
cual te habías metido “por saber que se sentía”.
El estudio era uno de esas raras combinaciones que junto a la chacota, eran el boom. |
Te diré que nuestros egos son parecidos, a tu edad
también me gustaba ser alabado y mencionado como “el hombre”, me agradaba la
envidia que despertaba entre mis contemporáneos cuando alguien mas mencionaba
mis logros. Tenía pocos amigos y el mismo vacío existencial que a veces se
asoma a tu ventana, también odié la vida y la sociedad entera, maldije las
miserias del ser humano y su egoísmo e injusticia respecto a sus semejantes y
el mundo que lo cobija. Tú te creías neo nazi, yo me creía seguidor del “presidente
Gonzalo”. Lo único que nos diferencia es que tú podías tener las chicas que
quisieras mientras yo podía tener todo el afecto que de mis padres pidiera.
La vida es un constante aprendizaje, yo aprendí que no
soy “el iluminado” y en mi afán de quitarme tanta admiración que tenía en medio,
adrede cometí errores. Comprendí que la felicidad (al menos la mía) no era ser
alguien interesante o famoso por ser o hacer algo, la felicidad era sentirse
bien al dar la mano a alguien o no bajarse del carro en el paradero porque la
conversación que se tiene en ese momento lo es todo. Sentir aún a miles de
kilómetros la tristeza de nuestro prójimo (desconocido nuestro personalmente,
pero humano como tú y yo), solidarizarnos con él, orar por su causa, escuchar
que la risa invade un hogar, esas son las cosas que me hacen feliz.
Describe nuestros personajes; tú, elegante y atento para ser elogiado Yo, despreocupado y desaliñado como siempre. |
La esperanza no es el arma que nos redimirá, es el abono
que hace brotar el amor y la vida dentro de nuestra realidad. No debes sentirte
desfallecer al ver injusticias, indígnate y promete que solucionarás al menos
aquellas cometidas por ti. Critica pensando en una posible solución, resultado
que debe generar vida y no victimizarla, la violencia justificada en aras de la
libertad, la igualdad o la redención solo trae más conflicto. Preocúpate por
concientizar a quienes tengas a la mano sobre los males de la corrupción y el
egoísmo con el prójimo, agradece a la vida valorando el medio ambiente que
posees, tiéndele la mano y consérvalo, dile a quienes veas que la corrupción
empieza desde casa con una pequeña mentira, aprende a evitarla.
Este mensaje no te debe parecer vacío, al igual que tú,
yo comencé a repudiar mi entorno y a desdeñarlo mucho antes de terminar la
secundaria. Era fatalista, creía en la violencia como fin para solucionar los
males de nuestra sociedad. Luego al comenzar mis estudios en antropología e
insertarme en una vida parroquial activa dentro de un grupo juvenil aprendí que
no puedes apelar a la frase: “Tout pour le peuple, rien par le peuple (literalmente
en francés: "todo para el pueblo, nada por el pueblo"), que
suele citarse en castellano como "todo para el pueblo, pero sin el
pueblo".”[4].
Lo que debe toda persona es aprender a conocer distintas realidades,
entenderlas y comprenderlas dentro del contexto que les permitió desarrollarse
de determinada manera.
![]() |
Una emotiva tarde con la gente de siempre y los nuevos de Jupa |
En las pequeña s alegrías que prodigamos a nuestro rededor
somos revolucionarios, en los errores aún sin corregir somos humanos. Reescríbele
a Dios y agradece la vida y pide que camine a tu lado, que sea tu amigo y te
ayude a conservar esperanza, incrementar esperanza y prioritariamente sembrar
esperanza entre aquellos que mas la necesiten.
19 de Junio del 2014.
[1]
Página de mis Crónicas errantes: diario de relatos y reflexiones a manera de
cuaderno de campo y diario autobiográfico.
[2]
Llevan por título Carta a los caminantes, las misivas que escribo a parte de
mis amigos a quienes los veo como alumnxs o hermanxs menores. Esta en especial es la respuesta a una nota hecha por Robinson Salcedo huallpa: https://www.facebook.com/notes/robertson-helton-salcedo/-mi-deseo-gracias-a-todos-mis-amigos-quienes-me-motivaron-a-escribir-esto-d-un-e/669788423076138?comment_id=673408932714087&offset=0&total_comments=7¬if_t=note_reply
[3] Fragmento de la letra de la canción “Somos” de José Antonio Labordeta. http://www.youtube.com/watch?v=qgOVPEVGtMo&feature=kp
[3] Fragmento de la letra de la canción “Somos” de José Antonio Labordeta.
[4]
Frase atribuida al despotismo ilustrado a finales del siglo XVIII, el carácter
paternalista con el que se pretendía gobernar en oposición a los enciclopedistas.
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