viernes, 25 de mayo de 2018

Lejos, menos del recuerdo (Poema).

Me siento con ganas 
de entregarles el corazón, 
se llevaron, quizá, 
los mejores años 
de mi existencia loca. 

Sin darme cuenta 
comencé a respirar 
sus sueños 
y a cubrir sus miedos, 
llegué a la paranoia 
de pretender 
hacer de sus destinos 
una perfección numérica. 

Siento deseos irrefrenables 
de abrazarlos 
como cuando nunca lo hice, 
deseos 
de contemplar sus falacias 
e intentos de rebeldía. 

Todo eso que siento 
lo siento, 
pero ya sin el fuego 
que me mantenía en pie, 
todo esto que siento 
es ahora una despedida 
que huele a difunto, 
un respiro 
cuyo paro cardiaco 
es inminente.

Sin embargo los siento
aún si mis pasos se alejen,
quizá sin fuego
pero con el calor de sus recuerdos
abrigando mi pecho
y acaeiciandome el alma.



viernes, 18 de mayo de 2018

Añoranza de mi puna (poema).

Mientras tenga historias que contar
aún habrá esperanza,
pero hoy quiero
dejar de esforzar mis ideas
y sólo escuchar un par de huaynos,
recordar las tardes en mi choza,
abrigarme del frío,
tomar algo caliente
e irme a dormir.

Quiero, una vez más,
jugar con las piedras,
darles vida,
sentir que puedo
concederles sentimientos
y darles la libertad de rebelarse
para que creen su propio destino.

miércoles, 16 de mayo de 2018

A la carta (poema).

Mujeres, 
las comencé a amar 
desde que supe que respiraba, 
las comencé a amar 
vez tras vez, 
no a todas, 
solo a una 
vez tras vez. 

Mujeres, 
siempre fui disidente y 
jamás llegue a ser su caballero, 
siempre fui el coyote 
que huye al monte 
después de haber robado y saboreado 
carne ajena.

Mujeres 
ustedes que ahora se conocen 
y me tienen en el centro, 
no me rodeen 
que me intimido, 
no se rían, 
solo finjan que aún son mías. 

Mujer vigente, 
tú que no estás conmigo, 
tú que quizá te lamentas 
no haberme elegido, 
debes saber 
que como buen pasado, 
canto nuestras hazañas. 
Aún existes en mi recuerdo. 
Si aún me sientes, 
aquí te espero 
entre el humo y la levadura.
Lupe Fuentes. 

viernes, 4 de mayo de 2018

De la idea a la acción y de la acción al recuerdo. Un breve recorrido por la memoria de jupa. (Memorias).

¿Cómo llegué aquí?
Necesitaba exiliarme. Tener calma y reposar mis recuerdos. Nada de eso pasó. En vez de sentir templanza, mi espíritu se sobresalta con cada susurro del viento.

Recuerdo mis caminatas desde el museo Larco hasta la Universidad San Marcos. Me recuerdo caminando en setiembre, en la primavera del 2009. Mis planes para tumbar el sistema vivían, nuevamente descubía esperanza en mis pasos. -La gente de la "h", son 23 creo, tienen que formar un grupo- pensaba. Recuerdo mis interminables cuestionamientos sobre cómo debería ser esa manada asesina del sistema.

Recuerdo el 2 de mayo del 2011, un año después de haber acompañado a ese grupo que antes era sólo una intención. Me descubro derrotado, como los españoles en el puerto del callao. La manada nunca intentó, siquiera, reflexionar sobre el oprobioso sistema. La manada, desde que nació, me abrazó, se volvió hacia mí (en contra de mí) y curó mis carencias fraternas. Nunca lucharon, sólo amaron. Nunca denunciaron, sólo amaron. Nunca fueron por el sendero que quise recorrer junto a ellos; más bien me abrazaron y caminamos en círculos, cómo mito, como eterno retorno.

Me recuerdo agónico, no por mí sino por mi gente. Me recuerdo entumecido en julio del 2016. Vuelvo a sentir el mismo temblor en el alma, estoy diezmado. Y mi grupo yace inerte, quizá dormido, quizá extraviado. Desespero, pero no soy quien puede ayudar. Entiendo que ya no puedo seguir pués el barco necesita aligerar el peso para continuar, o quizá reiniciar, la travesía. Estoy desalmado pero aún me abriga la esperanza, la buena nueba, la fraternidad. Sé que tengo que marchar para calmar mis vacíos y aunque resignado, voy confiado pues Dios me abriga con las voces y la fe de mi manada.

Me recuerdo en este mismo lugar, desde hace un año y medio, llamando, escribiendo y saludando siempre sus mañanas, sus tardes y despidiendo sus noches, de todas, de todos, de nosotros dispersos... pero aún eternos, aún fraternos, aún jupa.

A todas, a todos y también a los años por venir.

Estar aquí me ha devuelto los sueños libertarios, y anárquicos; pero sobre todo, los recuerdos de la violencia de la fraternidad.

A los 8 años de ser jupa.
Atentamente: Alguien que vive en la puna, en los predios sedidos al proyecto minero don samuel.


















Jupa no es un grupo ni un lugar; es un sentimiento, somos nosotros y nuestros recuerdos y nuestros reencuentros.