Me siento con ganas
de entregarles el corazón,
se llevaron, quizá,
los mejores años
de mi existencia loca.
Sin darme cuenta
comencé a respirar
sus sueños
y a cubrir sus miedos,
llegué a la paranoia
de pretender
hacer de sus destinos
una perfección numérica.
Siento deseos irrefrenables
de abrazarlos
como cuando nunca lo hice,
deseos
de contemplar sus falacias
e intentos de rebeldía.
Todo eso que siento
lo siento,
pero ya sin el fuego
que me mantenía en pie,
todo esto que siento
es ahora una despedida
que huele a difunto,
un respiro
cuyo paro cardiaco
es inminente.
Sin embargo los siento
aún si mis pasos se alejen,
quizá sin fuego
pero con el calor de sus recuerdos
abrigando mi pecho
y acaeiciandome el alma.
de entregarles el corazón,
se llevaron, quizá,
los mejores años
de mi existencia loca.
Sin darme cuenta
comencé a respirar
sus sueños
y a cubrir sus miedos,
llegué a la paranoia
de pretender
hacer de sus destinos
una perfección numérica.
Siento deseos irrefrenables
de abrazarlos
como cuando nunca lo hice,
deseos
de contemplar sus falacias
e intentos de rebeldía.
Todo eso que siento
lo siento,
pero ya sin el fuego
que me mantenía en pie,
todo esto que siento
es ahora una despedida
que huele a difunto,
un respiro
cuyo paro cardiaco
es inminente.
Sin embargo los siento
aún si mis pasos se alejen,
quizá sin fuego
pero con el calor de sus recuerdos
abrigando mi pecho
y acaeiciandome el alma.