Ya no hay carpetas ni tareas por hacer,
tampoco aquella profesora deseada con la mirada;
no se teme defraudar a nuestros hacedores,
no se ejercita ni se corre en las horas de salida.
No se vive, solo se existe.
Ya no asusta la tardanza ni la irresponsabilidad,
ya nada nos hace desear estar siempre cogidos de la mano;
No nos espanta la corrupción ni la mentira,
ya no extendemos nuestro brazo sincero,
lo hacemos si del otro lado está el Dios dinero
para poder reír irrelevancias, para poder fingir pomposidad.
Nuestros galardones son todos esos perfumes femeninos
que impregnaron nuestra piel, después de un momento amemorial;
Nuestro orgullo es el cabe a la ley, la patria y al hogar.
Cada vileza es un galardón para el regocijo.
Mientras entre copas de nostalgia lloramos nuestra esclavitud,
este sistema nos ha colonizado, nos redefinió.
Será que los reencuentros con nuestro pasado,
esos que se repiten una vez al año
cuando la campana de nuestro colegio nos convoca,
será que ese abrazo a la memoria, al juego y la colectividad,
...será que esos encuentros son el único
eximio pero existente lugar de reconciliación.
Es quizá el recuerdo de los romances adolescentes,
los juegos con balones y mucho músculo,
el olor a tiza y tinta de lapicero..
Es quizá lo bueno de la etapa rebelde,
donde no teníamos cargos de conciencia
ni responsabilidades impuestas
ni competencias nefastas.
El tiempo donde soñar era ser revolucionario.
Tiempo después nos vemos y reímos,
de pena, de alegría, quizá de impotencia
o adoctrinados por el egoísmo y el individualismo carnívoro.
Pero nos encontramos y todo vuelve a la mente
y el alma regresa, breve, a nuestro cuerpo.
Tiempo después seguimos siendo compañeros,
de caminos, de recuerdos y romances compartidos.
Soltamos nuestros brazos, inertes al rechazo,
proferimos nuestro credo:
"creemos en la alegría que provocan los recreos"
"odiamos (ahora) el timbre para la salida".
No, no es una alegría blanca, es solo
un reencuentro tiempo después de haber abandonado
las aulas, llenas de llantos y suspiros esperanzados.
tampoco aquella profesora deseada con la mirada;
no se teme defraudar a nuestros hacedores,
no se ejercita ni se corre en las horas de salida.
No se vive, solo se existe.
Ya no asusta la tardanza ni la irresponsabilidad,
ya nada nos hace desear estar siempre cogidos de la mano;
No nos espanta la corrupción ni la mentira,
ya no extendemos nuestro brazo sincero,
lo hacemos si del otro lado está el Dios dinero
para poder reír irrelevancias, para poder fingir pomposidad.
Nuestros galardones son todos esos perfumes femeninos
que impregnaron nuestra piel, después de un momento amemorial;
Nuestro orgullo es el cabe a la ley, la patria y al hogar.
Cada vileza es un galardón para el regocijo.
Mientras entre copas de nostalgia lloramos nuestra esclavitud,
este sistema nos ha colonizado, nos redefinió.
Será que los reencuentros con nuestro pasado,
esos que se repiten una vez al año
cuando la campana de nuestro colegio nos convoca,
será que ese abrazo a la memoria, al juego y la colectividad,
...será que esos encuentros son el único
eximio pero existente lugar de reconciliación.
Es quizá el recuerdo de los romances adolescentes,
los juegos con balones y mucho músculo,
el olor a tiza y tinta de lapicero..
Es quizá lo bueno de la etapa rebelde,
donde no teníamos cargos de conciencia
ni responsabilidades impuestas
ni competencias nefastas.
El tiempo donde soñar era ser revolucionario.
Tiempo después nos vemos y reímos,
de pena, de alegría, quizá de impotencia
o adoctrinados por el egoísmo y el individualismo carnívoro.
Pero nos encontramos y todo vuelve a la mente
y el alma regresa, breve, a nuestro cuerpo.
Tiempo después seguimos siendo compañeros,
de caminos, de recuerdos y romances compartidos.
Soltamos nuestros brazos, inertes al rechazo,
proferimos nuestro credo:
"creemos en la alegría que provocan los recreos"
"odiamos (ahora) el timbre para la salida".
No, no es una alegría blanca, es solo
un reencuentro tiempo después de haber abandonado
las aulas, llenas de llantos y suspiros esperanzados.
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2014. Con compañeros de secundaria. |
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