Estoy abrigado
sin sobresaltos ni sueño,
con la mirada fija en el techo,
sin ver nada.
Mis ojos intentan seguir la danza
de polillas al rededor del foco,
van y vienen extraviadas
igual yo, voy y vengo extraviado.
Recuerdo el compás del bombo,
el color de tus manos;
bailamos al son del violín,
la estridencia del saxo.
El polvo levantado
como incienso simulando un rito
nosotros la ofrenda.
El frío que melló nuestro inicio
se disipó al calor del baile.
A cada melodía que la banda tocaba
se esfumaba lo tibio
ebullía la pasión.
Siento un peso que perturba mi extravío
dirijo la mirada a mi diestra
estás dormida,
tan plácida y satisfecha,
pienso si fue el cansancio
o el goce del baile.
Mi brazo, tu almohada
sabe cuál es la razón
tras tu felicidad,
sabe porqué aún dormida,
sigues riendo y soñando
recordando para la posteridad.
sin sobresaltos ni sueño,
con la mirada fija en el techo,
sin ver nada.
Mis ojos intentan seguir la danza
de polillas al rededor del foco,
van y vienen extraviadas
igual yo, voy y vengo extraviado.
Recuerdo el compás del bombo,
el color de tus manos;
bailamos al son del violín,
la estridencia del saxo.
El polvo levantado
como incienso simulando un rito
nosotros la ofrenda.
El frío que melló nuestro inicio
se disipó al calor del baile.
A cada melodía que la banda tocaba
se esfumaba lo tibio
ebullía la pasión.
Siento un peso que perturba mi extravío
dirijo la mirada a mi diestra
estás dormida,
tan plácida y satisfecha,
pienso si fue el cansancio
o el goce del baile.
Mi brazo, tu almohada
sabe cuál es la razón
tras tu felicidad,
sabe porqué aún dormida,
sigues riendo y soñando
recordando para la posteridad.
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