Quizá porque el delirio,
El aparente éxtasis de vivir
Me consume a cuentagotas.
A veces las alucinaciones ayudan,
A ocultar la fría calma del devenir;
Ocasiones en donde la noche no sirve
O sirve de mantra para ocultar las penas,
Aquellas que te asaltan en el silencio.
De aquel lánguido camino,
De soledad y abandono,
Sólo se sale en dos ocasiones.
Se sale consumido por lo mundano
O disfrazado de algún idealismo profano.
También se puede creer,
Eso que llaman esperanza;
Pero eso, es caer sin retorno,
Rodar y tropezar
Por rocas de ficciones
Y grietas de aliento.
Seguir cayendo
Hasta chocar contra la nada,
Lastimarse creyendo ser un mártir,
Cuando sólo se es una estafa
Un fraude de un sistema