Es que no todo es romance,
no todo es dulzura.
Existen horas blancas,
existen iras y tristeza.
Todas ellas existen,
mientras el tráfico vehicular
mata lentamente,
como su propio ritmo;
día a día,
noche a noche.
El extingue sueños,
lapida prisas,
difumina nuestro tiempo,
extingue nuestra vida.
Pero, tampoco todo es congestión;
existen días,
existen noches,
donde no se viaja
y donde no existe
el tráfico lento.
La parca rodante
no siempre existe,
cuando existe encierro,
cuando existe:
cigarro,
cenicero,
papel
y lapicero.
¡Por qué no!
también
un bar
y un buen cantinero.
Así me olvido
de los carros,
de su procesión
para poder recordar
mis romances,
mis dulzuras,
mis iras
y mis tristezas.
no todo es dulzura.
Existen horas blancas,
existen iras y tristeza.
Todas ellas existen,
mientras el tráfico vehicular
mata lentamente,
como su propio ritmo;
día a día,
noche a noche.
El extingue sueños,
lapida prisas,
difumina nuestro tiempo,
extingue nuestra vida.
Pero, tampoco todo es congestión;
existen días,
existen noches,
donde no se viaja
y donde no existe
el tráfico lento.
La parca rodante
no siempre existe,
cuando existe encierro,
cuando existe:
cigarro,
cenicero,
papel
y lapicero.
¡Por qué no!
también
un bar
y un buen cantinero.
Así me olvido
de los carros,
de su procesión
para poder recordar
mis romances,
mis dulzuras,
mis iras
y mis tristezas.