20 de setiembre del 2014.
Desde hace tiempo atrás intenté decirte adiós, decirte que la semana entrante partiría así como llegué, te cité varias veces para conversar sin encontrar el valor suficiente para despedirme. Lo triste de este momento es que tú crees que sigo allí, mientras mi cuerpo viaja del otro lado del océano decidido a acumular capital. Cuando retorne no sé si seguirás viviendo donde siempre y haciendo lo de siempre, no sé qué será de ti pues jamás me despedí y mi viaje clandestino no me permitirá comunicarme a la brevedad. Mañana como cada tarde me esperarás sentada y renegarás al sentir mi ausencia. -ha de estar comprando comida o viendo televisión, siempre hace lo mismo- dirás mientras intentas llamarme y amenazarme con irte. En ese instante estaré bajando del avión con mi mente extraviada por el temor de no volver a verte.
Desde hace tiempo atrás intenté decirte adiós, decirte que la semana entrante partiría así como llegué, te cité varias veces para conversar sin encontrar el valor suficiente para despedirme. Lo triste de este momento es que tú crees que sigo allí, mientras mi cuerpo viaja del otro lado del océano decidido a acumular capital. Cuando retorne no sé si seguirás viviendo donde siempre y haciendo lo de siempre, no sé qué será de ti pues jamás me despedí y mi viaje clandestino no me permitirá comunicarme a la brevedad. Mañana como cada tarde me esperarás sentada y renegarás al sentir mi ausencia. -ha de estar comprando comida o viendo televisión, siempre hace lo mismo- dirás mientras intentas llamarme y amenazarme con irte. En ese instante estaré bajando del avión con mi mente extraviada por el temor de no volver a verte.