viernes, 18 de marzo de 2016

El Robín Hood de Marcapomacocha; en memoria de José Luís Rondón Mateo.

Silencio. Aquí se ha hecho ya de noche,
ya tras del cementerio se fue el sol;
aquí se está llorando a mil pupilas:
no vuelvas; ya murió mi corazón.[1]

José Luis Rondón Mateo acompañando una procesión
en julio del 2011. En la foto al extremo izquierdo.


Qué es la vida si no un cúmulo de episodios que uno recuerda de cuando en cuando, las veces que uno se divertía, las veces que lloró a mares o la ocasión en la que con mano temblorosa y sudor en el rostro nos acercamos a la casa de la persona que nos ilusionaba, llamamos a la puerta y preguntamos si podía salir, toda una odisea sin duda (al menos la primera vez). La vida es las sumas de todas nuestras experiencias y personas conocidas. Así pues nuestra vida, a veces, deja de ser nuestra para convertirse en la de otros, esto le sucede a menudo a las personas públicas o a aquellas que se llegan a ganar nuestro recuerdo por su carisma y a nuestras madres, aunque no hayamos caído en la cuesta sobre esto último; es que nuestras madres son quienes deben alimentarnos, quienes tienen que prodigarnos cariño, todo se la achacamos no como opción de vida si no como penitencia innata.

El “tío José”, como cotidianamente lo conocían en el distrito de Marcapomacocha, ha muerto[2] y no fue la longevidad o el infortunio quienes organizaron la treta fatal, estaba muriendo desde antes de dar el último respiro, la diabetes fue su opositora más férrea y voraz, cada día carcomía sus fuerzas y su físico. Todo esto lo sé porque mi padre relataba el estado de su compañero de promoción de primaria, aunque en la mesa familiar “el tío Joshecito” no era bien recibido, su ex compañero de carpeta no se desanimaba en sensibilizarnos sobre su estado de salud.

Un día, después de escuchar pacientemente cómo objetábamos la gestión del, ahora ausente, alcalde[3] José Rondón, mi padre nos alcanzó la lata de milo (que había sido parte de la canasta navideña entregada a los pobladores del distrito) ofuscado y dijo: -Quién más raja, más traga!-, refiriéndose a nuestra ansiedad por servirnos rápido el desayuno. Este hecho, me llevó a preguntar a quienes podía sobre el pasado del alcalde, ya que asumí que mi juicio podía ser sesgado si solo evaluaba el presente. Me contaron que de niño su mamá le pegaba porque se orinaba en la cama y le hacía lavar su pellejo (de ovino) en el río antes de que fuera a la escuela, yo también mojé la cama (y los pellejos que habían en ella) hasta los diez años, de modo que sé lo vergonzoso que es[4]. Luego cuando iba a la escuela su profesor le hacía repetir la frase: -Don José es un hombre de.. ¿Buena fe, profesor?- y de un puchkazo[5] se corregía y tenía que cantar: -“Don José, don José es un hombre de mala fe[6]”- (la letra de la canción distorsionada adrede por el profesor fue un estímulo cruento para un niño), mientras que a mí y mis compañeros nos castigaban a correazos por no haber saludado a algún jefe de la SAIS pachacutec o haber espiado en la reunión de los adultos en tiempos finales de  la escuela fiscalizada 31739 de Corpacancha.

Su vida pública es el resultado de lo que en su niñez y juventud tuvo que trajinar. Me quiero detener en una de sus características más saltantes desde que asumió la alcaldía: para los pobladores del distrito, era un hombre que no negaba la ayuda que le pedían, ni si quiera a sus adversarios. No sé porque lo hacía, sin duda era un hábil gestor del clientelismo, pero hasta a quienes lo insultaban no les negó apoyo. Difícilmente habrá otro alcalde que sea tan parco en ideas como solidario en actos como él fue. Es la primera vez que un poblador siente que su alcalde está cuando se enferma o convalece, es la primera vez que el alcalde “putea” al esposo de alguien al recibir una queja en su despacho frente a alguna falta que haya cometido el agresor. Fue el gestor para el reconocimiento de la “Expo feria agropecuaria de Marcapomacocha”[7] y la “Copa cochanito”[8].

El día martes, en su entierro, la gente se pilonó para despedirse o quizá para rogar que entre sus voluntades estén: compadre, comadre, padrino, madrino o amigo. No me agradó ninguna de sus gestiones pero jamás le deseé el mal, la persona detrás de ese cascarón político fue merecedor de mis rezos y buenos deseos. Una enfermedad le metió una tacleada de la que no pudo sacudirse y levantarse y caminar airoso como siempre. Hubiese preferido que fuese menos asistencialista y más visionario, pero ayudó a todas y todos, inclusive a quienes los demás pobladores hacían asco.

Cierro los ojos e imagino a la gente suplicando se levante y siga ayudando, personas de insensibilidad incólume que solo desean seguir siendo ayudadas por el Robin Hood[9] cochano, ¡que se sobreponga a la enfermedad y no moleste, pero de que me ayuda, me ayuda!, espero equivocarme. Mientras tanto, al pie de la tumba un epitafio que dice: “Perdonen que no me levante”[10].






[1] Poema Yeso, del poemario “Los Heraldos Negros” publicado en 1918. Cesar Abraham Vallejo Mendoza.
[3] Ha sido tres veces electo alcalde, periodo 2007-2010 / 2011-2014 y 2015 – 2018.
[5] Usar la pushka (rueca para hilar) como arma y golpear con ella.
[6] Canción Don José del grupo de cumbia peruana Los ribereños. https://www.youtube.com/watch?v=3m8W6pTNtqo.
[7] Feria ganadera que posee reconocimiento nacional.
[9] Personaje mítico del folckore inglés, caracterizado por su accionar fuera de la ley y por solidarizarse con la causa de los pobres. Vivió entre los años 1100 – 1200 aproximadamente. https://es.wikipedia.org/wiki/Robin_Hood
[10] Groucho Marx (1895-1977) Actor, escritor y humorista estadounidense. https://es.wikipedia.org/wiki/Groucho_Marx

viernes, 11 de marzo de 2016

Percepción (poema).

He sorprendido mi pasado
entre olores de incienso,
ofrenda y ternura familiar.
Es un gráfico a medio editar,
como si se tratase del inicio
de los albores de una historia
que no me pertenece, pero
me presenta como el núcleo.
Una sensación de dogmatismo
profundo y melódico, esencial,
cubierto de adornos y augurios.

He pernoctado alzado, débil,
asaltado por la sensación de ser
o de parecer una prolongación.
Sospecho que no fui causalidad,
pero fui encausado, reinventado.
Retrocedo y siento certezas,
no entusiasmo aventurero, si no
esperanza perpetua, floreciente.

Entro ofuscado donde mis padres;
se deshacen en deseos de felicidad longeva,
perfectud geométrica y certeza médica,
todo sobre mí
Mis atardeceres y auroras, todas desean
esponjosas caricias, dulces roces.
He comprendido, ahora, que mi pasado
no es volátil, no es un juego de dados,
mi pasado es profesión de fe.
Mi pasado es, dos personas creyendo,
dos personas construyendo,
dos personas caminando...
Al menos eso veo y leo en los ojos de mi madre.

martes, 1 de marzo de 2016

El estudiante se "atoró" (poema).

Un día cualquiera
uno de los últimos días en la secundaria.
Él, ingresó al salón y Jugó
Y no atendió la clase.
¿Por qué? ¡era su vicio!
copiar y jugar era su vida,
pero... un día ¡se fregó!

El profe explicaba y él jugaba,
El profe mentía respecto al tema
y él ¡ni cuenta se dio!.
Ese ¡maldito tema! hoy dice
aquel joven distraído.
Y el tema fue: .. "desastres naturales"
¡Pobre tipejo!, había escrito:
"del sastre natural es:" ...

Después de terminar la secundaria
¡horror! un día martes, un terremoto.
Lo dejó todo roto.
¡maldito tema! decía, pero nadie oía.
¡Ayuda! pedía, pero ni hablar podía
el mequetrefe ese.
Y así se atoró con sus propias palabras,
si es que eran palabras,
esas aborígenes jergas callejeras.

¡Ay que pena! por distraído
el bruto fue el único miserable herido.
Por haberse dirigido a una sastrería
cuando un desastre lo perseguía.

por bruto y "maleado"
como él se decía, se jodía la vida.
¡El único!, que triste vida
pero hasta en ese momento
no sabía como explicar algo
¿por qué? él sólo ¡ordenaba!

Y así atorado quedó
y tarado nació
y tarado debería morir ¡el burro ese!
¡Que destino más horrible!
para alguien que sólo sabía
matemática de primaria.

Escrito el 03 de setiembre del 2005.